El apagón eléctrico que afectó a España y Portugal dejó en evidencia el papel clave de El Corte Inglés, que se mantuvo plenamente operativo gracias a su estrategia energética preventiva.
Mientras hospitales y servicios críticos luchaban por recuperar la normalidad tras el histórico apagón que sacudió la Península Ibérica este lunes, El Corte Inglés se alzó como referente de preparación y resiliencia empresarial. A diferencia de muchas otras compañías, el gigante español del comercio minorista consiguió mantener operativa la totalidad de su red comercial gracias a una inversión estratégica en infraestructura energética autónoma.
Frente a la parálisis generalizada, El Corte Inglés, junto a otros grandes del retail como Mercadona e Inditex, demostró estar preparado para escenarios de crisis energética. ¿Su secreto? La implementación de grupos electrógenos alimentados por diésel o gasolina, un sistema de respaldo fiable que, según expertos, es la herramienta más efectiva para garantizar continuidad operativa ante cortes de suministro prolongados.
“Lo que pasó anteayer puede volver a suceder. Cambia las reglas de juego, como el Covid nos modificó nuestra forma de pensar”, afirma Javier Cuervo, profesor de ADE en UNIE Universidad.
Además de los generadores, El Corte Inglés cuenta con sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI), baterías y tecnología de conectividad vía satélite, lo que permite mantener tanto las cajas registradoras como los sistemas de datos en funcionamiento sin depender de la red eléctrica pública.
Tecnología, previsión e inversión: las claves de El Corte Inglés
El catedrático Fernando Garnacho, de la UPM, recalca que estos grupos electrógenos son actualmente «la solución más fiable», pese a requerir mantenimiento constante. En el caso de grandes empresas como El Corte Inglés, estos equipos son gestionados por servicios técnicos propios o empresas especializadas, lo que minimiza el riesgo de fallo y garantiza una respuesta inmediata ante emergencias.
Según estimaciones de Cuervo, el coste diario de mantener operativo un centro comercial de gran tamaño durante un apagón puede rondar los 36 euros, mientras que la instalación de un sistema completo puede superar los 120.000 euros, sin contar con obras civiles adicionales.
Pero la inversión no solo se justifica por seguridad energética. Para Cuervo, estas compañías han obtenido también un “dividendo de imagen” considerable:
“Mercadona, Zara, El Corte Inglés… lo amortizaron ayer. Han ganado ventas, confianza y capacidad negociadora frente a proveedores. Todos estamos hablando de ellos.”
Un modelo empresarial a largo plazo
Uno de los factores que explican este nivel de preparación es el modelo de gestión a largo plazo que aplican estas compañías. Según Cuervo, “en El Corte Inglés o Mercadona no hay una preocupación por el bonus del año que viene, sino por la viabilidad en los próximos 30 años”.
Este enfoque contrasta con el de muchas multinacionales más expuestas a decisiones de corto plazo, y refleja una visión estratégica donde la seguridad operativa y la satisfacción del cliente son pilares clave.
¿Qué puede aprender el consumidor?
A raíz del apagón, muchos se preguntan si estas soluciones son aplicables a hogares particulares. Los expertos coinciden en que, aunque a menor escala, también es posible aumentar la autonomía energética doméstica con baterías portátiles, pequeños generadores o paneles solares. El coste puede variar entre 1.000 y 2.000 euros, y permitiría cubrir necesidades básicas durante varias horas.
El Corte Inglés no solo resistió el apagón, lo convirtió en una oportunidad para reforzar su imagen de marca y su posición en el sector. En tiempos de incertidumbre energética, su apuesta por la infraestructura de respaldo se consolida como una lección de resiliencia empresarial.
Imagen: Wikipedia